Sunday, November 28, 2004

Fantasías animadas de ayer y hoy Parte II


Sabía que esto iba a pasar, damn it!, de tanta información de caricaturas que me sé, pasé por alto varias que al final se me hizo imperdonable el no mencionarlas, así que, ni modo, ora se aguantan, aquí les va la segunda parte de este paseo del recuerdo televisivo mexicano...

Una de mis primigenias caricaturas no era tal, sino un programa infantil originario del país del sol naciente que se llamaba Señorita Cometa (Kometo San), el cual narraba las hazañas de una potable japonesita que era medio bruja llamada Cometa que trabajaba de gata en la casa de una familia clasemediera y los niños de ésta, llamados Koji y Takeshi, eran bien maldicientos y a cada rato la hacían parir chayotes a la pobre señito. Al final de cada historia, la señorita Cometa era calificada por un ente animado bigotón y muy corajudo llamado El Profesor, si le iba bien, le ponía una palomita en el cachete, pero si la cagaba, le ponía como diría Chabelo... ¡Una espantosa X! en sendos carrillos y acto seguido se ponía a chillar desconsoladamente. Otro de los personajes claves de esta saga mágica nipona era Chivigón, un tierno dragoncito de trapo cuya fascinación por la leche le causó mas de un pedo a la pobre Cometa... De hecho, hace poco más de un año, el genial Andrés Bustamante en su encarnación macuarra de "Ponchito" sacó un reportaje en el programa Los Protagonistas para mostrarnos treinta años despúes lo que pasó con todos ellos, y los resultados fueron estos: Koji es padre ejemplar, Takeshi murió después de una larga enfermedad, al Profesor lo mandaron matar los Yakuza (mafia japonesa) por ciertos polvos mágicos y el Chivigón acabó en exhibición en el museo de Historia Natural de Osaka, mientras que Cometa (todavía de buen ver a pesar de los años) se dedica a cantar con su marido... yo me quito el sombrero ante este personaje que fue crucial para mis años mozos.

Una clásica era la de Ahí Viene Cascarrabias, una caricatura de culto de allá por 1969 (con muchos elementos de psicodelía y drogas: bien bonito y llamativo) que narraba los irigotes de Terry, la Princesa Amanecer y un perro mutante con nariz quitapón llamado Blip en su busqueda por la llave de cristal para salvar al reino de las Orquídeas Susurrantes (¡Que nombre más pacheco!) de las garras del ojetísimo Cascarrabias y su dragón alérgico a la pimienta... todo un atasque visual para las pupílas infantiles y si a clásicas nos vamos, están las de los all-american Rocky y Bullwinkle quienes luchaban contra los villanos comunistas Boris y Natasha o también el queridísimo Super Can (Underdog) quién se ponía al tiro con el mal cada vez que su chica, la pequeña Polly decía: ¿A donde, a donde, a donde estará, mi héroe adorado mi grán Super Can?

Otros programas que no me perdía pero ni a mentadas de madre que tampoco eran caricaturas, eran los de las creaciones de Roberto Gómez Bolaños: El Chapulín Colorado con su chipote chillón y sus pastillas de chiquitolina; El Chavo del Ocho con sus chiripiolcas y toda la bola de la vecindad como Quico y sus madrizas con el Chavo, la Chilindrina y sus berridos, Don Ramón y sus corajes rayanos en la apoplejía, Doña Florinda y su lucha contra la chusma, el Profesor Jirafales y su romanticismo, El Señor Barriga que siempre venía a cobrar la renta, Ñoño y sus dulces, la Popis y sus pendejadas, Jaimito el cartero y su melancolía por Tangamandapio, la coscolina de la Bruja del 71 etc; luego estaba el Doctor Chapatín con su inseparable abrigo café, su bufanda roja y su bolsa de papel de estraza que nos daba cosa, cosa; los inútiles ladrones Chompiras y Botija, acompañados siempre por la eterna chancluda de la Chimoltrufia y finalmente los orates de Chaparrón Bonaparte y su cuate del alma Lucas Tañeda. De hecho, hasta la fecha pasan estos programas en la tele y ya son conocidos fuera de México, sobre todo en Sudamérica.

Otra caricatura que fue fundamental en nuestros tiempos fue la de los Picapiedra, en donde día a día veíamos la vida diaria del neurótico Pedro Picapiedra, su adorable patiño Pablo Marmol y sus respectivas viejas y descendencia: Vilma, Pebbles, Betty y Bam-Bam. Esta caricatura demostró ser una de las que mas duraron en toda la historia de su productora Hanna Barbera (yo la considero algo así como The Young and the Restless del mundo del cartoon por el tiempo que duró al aire), ya que salió una serie en donde Bam- Bam y Pebbles ya eran adolescentes, otra en donde Pedro, Pablo, Vilma y Betty eran unos escuincles imberbes y una más en donde eran las aventuras de Dino, la mascota de los Picapiedra (¡No mames!) y eso sin contar los especiales de navidad, día de gracias, día de independencia, día del cartero, día de los abuelos y demás gringadas que a toda televisora yanqui le fascina.

A la sombra de esta caricatura prehistórica apareció otro personaje muy querido llamado el Capitán Cavernícola quien tenía un mazo invencíble que podría ser la envidia del ejército gringo, al principio de la serie estaba acompañado por tres buenérrimas chicas (una güera, una trigüeña y una morena, nada pendejo el pinche capitán) que, con su ayuda, resolvían misterios y más adelante este era acompañado por su hijo, quién era como su consciencia, siempre lo andaba cuidando para que no cometiera pendejadas y al final era el que resolvía todos los problemas. Finalmente, ya para acabar con programas del mesozóico, existió una caricatura japonesa que narraba las aventuras bastante cagadas de un chamaco cavernícola llamado Kum-Kum.

¡Chispitufos Papá Pitufo! otra de las caricaturas que más arraigadas están en mi perverso subconsciente fue sin duda alguna la de Los Pitufos (Smurfs) creación de el dibujante belga (no piensen mal, belga de natural de Bélgica) Peyo, cada día estaba pegadote a la pantalla para ver las aventuras de Papá Pitufo y sus achichincles: el creidito de Fortachón, el mamón de Filósofo, el pendejo de Tontín, el puto de Vanidoso, el chingón de Genio, el huevón de Dormilón, el goloso de Cocinero, el cagadito de Bromista, la golfa de Pitufina y todos los demás hijos de su pitufa madre. Todos los "suspiritos azules" eran siempre perseguidos por el culero de Gargamel y su micifuz Azrael para cocinarlos en salsa borracha. Pero también tenían amigos, como Johann y Guillermín que siempre andaba con su cabra Dulcinea. Además justo cuando la caricatura estaba en su pleno apogeo, surgió el rumor de que los pitufos eran diabólicos, ya que,originalmente eran siete, al igual que los pecados capitales y que algunos los peluches, muñequitos y demás parafernalia pitufesca era de mala suerte para su poseedor... cackle, cackle. Hubo otra caricatura que eran los Pitufos wannabe, nada más que la acción se desarrollaba en el fondo del mar y estos eran los Snorkels pero eso sí, la más mamila de todas fue la horripilante y vomitiva de los Monkikis ¡Uta! me dan ganas de guacarear nada más de acordarme.

La caricatura de los Super Amigos era otra que no tenía madre y obedecía a una fantasía infantil muy marcada en esas épocas, elinnovador concepto consistía en reunir a todos los superhéroes del panteón de DC Comics para enfrentarlos con sus principales enemigos, cada capítulo era una nueva amenaza a la tierra, a la galaxia o ya en casos muy cabrones, al universo entero pero eso sí, siempre los Super Amigos se las arreglaban para darle sus merecido a los malosos y a pesar de los anódinos personajes de los Gemelos Fantásticos (¡Poderes de los gemelos fantásticos actívense!) y su chango color púrpura llamado Glix o Glic, que me cagaban la madre, el programa era más que disfrutable y cada vez que oías la frase inmortal de "Y mientras tanto en el salón de la justicia..." ¡Oooooooootttttsssss! ¡Esa frase rompía madre!

También estaban las cápsulas de Cantinflas Show ¿Quién no recuerda al entrañable Cantinflas viajando a través de la historia, conociendo a personajes como Napoleón, Benjamin Franklin o Chopin y explicando a los niños de una manera fácil lo que hizo cada personaje? Podría afirmar sin temor a equivocarme que las bases de mi cultura general se crearon gracias a estas animaciones, que siempre empezaban con la canción de "La Bikina", la cual sigo relacionando hasta la actualidad con este maravilloso programa orgullosamente hecho en Mexicalpán de las Tunas. Ahora que si nos vamos a otro programa cultural mexicano hecho para los niños, no podemos dejar de mencionar Odisea Burbujas (cuya música fue creada por el inigualable e inimitable Juan García Esquivel), que narraba las aventuras del medio lorenzo y muy cagado profesor Memelovsky que "humanizo" a un sapo (Patas Verdes), una lagartija (Mafafa Musguito), un abejorro (Pistachón Zig-Zag) y a un ratón (Mimoso Ratón), este quinteto viajaba a traves del tiempo y el espacio para conocer a diferentes personajes y épocas de la humanidad con diversos inventos como el "exprimidor de libros" o el legendario "Popotito 22" y además siempre andaba luchando contra el malvado Ecoloco y su secuaz Coquito.

No cabe duda que para esa época, la televisión mexicana, aunque no estuvo en su apogeo (comercialmente hablando) y nunca fue seria competencia con las monumentales televisoras gringas como CBS, NBC o ABC , y aunque la mayoría de las caricaturas eran de exportación, la mayoría de ellas pasaron por una "mexicanización" haciéndolas únicas y con su propia cultura para esta parte caótica del hemisferio norte... fenómeno muy curioso.

Me despediré con estas estrofas de una conocidísima canción del mítico Tío Gamboín:

"Yo soy un gatito... miau, miau, miau,
de ojos rosados... miau, miau, miau,
yo soy un gatote... miau, miau, miau,
y como ratones... miau, miau, miau... ya estoy desvariando, nos estamos viendo.

No comments: