Entrevista con el taquero

En la forma de agarrar el taco,

se conoce al que es tragón.

Dicho popular y algo vulgar.

Nuestro país es reconocido mundialmente por un chingo de cosas: los mariachis, el TLC, los fraudes electorales, la inseguridad, el tequila y una cosa que podría ser considerada como la piedra angular alimenticia de nuestra nación... los tacos.

Todo buen chilango es amante de los tacos (yo no soy la excepción)... sobre todo de los tacos callejeros y solo en el caótico D.F puedes encontrar tacos con ese único y excelso sabor ahumadito (mmmmmm yomi yomi :P) producto de la feroz contaminación que día a día toma por asalto nuestra ciudad cual horda de bárbaros de fines del siglo III; hay tacos que se comen en restaurantes muy pedorrísimos y muy popoff como el San Angel Inn o el Camino Real y otros que te los comes en cualquier esquina ñenga de la colonia Doctores , la San Braulio Tepehuanes o hasta la Santiaguito Occipaco.

El consumidor taquero con experiencia sabe cuales tacos son buenos, cuales son pinches y cuales de plano le van a dar salmonelosis o el tán temido "catarro polaco", hay algunos taqueros que no tienen madre y que venden cada chingadera que ni tu perro se tragaría, de hecho tengo un amigo veterinario, Ricardo González Esquerra, que me contaba que cuando estudiaba en la heróica ENEP Cuautitlán Izcalli, existía un señor taquero que era conocido en los bajos mundos como Don Triquino, porque alguna vez fue Salubridad a checar su changarro y encontró unos cultivos de triquina que serían la envidia del Al-Qaeda, ideal para iniciar una guerra bacteriológica a grán escala.

Pues bien mis queridos saltamontes, en mi amplia experiencia y conocimientos taquísticos, yo siempre recomiendo sobre todo los puestos de tacos que están a las salidas del metro, hay varios puestos que si los ves no das ni un peso por ellos pero cuando vas probando los tacos... ¡Caramba! ¡Todo un bocato di cardinale!

De los mejores en donde he tragado cuando andaba por el DF está uno que hacía unos tacos de cecina enchilada sin madre justo a la salida del Metro Revolución, había otros muy chingones de guisado por la calle de Obrero Mundial y otros de lengua en la lonchería "Rosy", cerquitas de la calle Darwin en la col. Nueva Anzures, otros por los rumbos de San Ángel que se llaman "El Arbolito", a donde siempre iba a curarme la peda del antro con mi Ex (tán famosos son que el dueño tiene en el lugar de honor una foto en donde aparece él y Raúl Velasco en el añejo "Siempre En Domingo") y por supuesto no pueden faltar los míticos tacos de Don Ramón, al lado del colegio Cristobal Colón en la avenida Lomas Verdes de hecho, el mismo instituto educativo que visitara Juan Pablo II en 1989...

Y Bien lo dijo el santo padre,
y lo dijo voz en cuello,
¡sólo Lomas Verdes es bello!

Cuando me mudé a Monterrey me dí cuenta de que aquí también hay una tradición taquera de gran abolengo, lo que no entiendo es que aquí a los tacos "al pastor" los conocen por tacos de "trompo", pero me consuelo cuando ellos no entienden ni a patadas de que están hechas las quesadillas... y como buen conossieur de tacos, ya hay varios que disfrutan mi chilanga presencia: Unos son los de "guaguacoa" de Don Beto, puesto que está en el sitio de taxis de la calle de Camino Al Mirador en Las Torres, otros que están casi al lado pero que se ponen en las noches y que se llaman Los Bainas, en donde hacen unas gringas que salen buenas las cabronas, cada vez que salgo a la medianoche de HTC, es mi consuelo, mi gringa night, y esto no es más que zamparme dos gringas con mi cocota mientras veo alguna película de la tele del changarro (hace poco ví una joyita del cine nacional en donde salía "Chabelo" como el hijo de Alfonso Zayas ¡Que maravilla!)... la pura vida, mano. Pero eso sí, los mejores que me he chingado son los Tlaquepaque con todo y que casi me violan y los de Don Pancho, cuya salsa verde cremosita te la puedes hasta tomar como un licuadito. ¡Slurp!

Para llegar a cualquier taquería chilanga tienes que fijarte de que esten dos personas: el Paisa, un ñor de unos cuarenta-y-tantos-años y su achichincle, un escuincle que puede ser su hijo, el sobrino o el hijo del compadre que se baja por los chescos y los destapa (¡Qué chamba más ingrata, coño!), el primero debe de tener un cuchillo filosito filosito como sable de samurai para poder coertar bien la maciza, el cachete, el nenepil, la longaniza y demás partes bovinas o hasta caninas (Ojo: Si hay un perro en la taquería, aguado con lo que te dan porque perro come perro ¡Guau!)

La manera de comer tacos es parado, inclinando la cabeza 90 grados para no mancharte de mengambrea la camisa o playera, con un ecológico platito de plastico con discretitos colores azul ensueño o rojo fiucha a tu elección (tan discretos que los pilotos de aviones los confunden con señales de tráfico aéreo), además, no debe de faltar la charolita de metal y/o peltre con la verdura (cebollita y perejil bien picaditos) y hartos limones para matar cualquier protozoo que se oculte entre los machitos, un chingo de salsas (las básicas son de pico de gallo, roja y verde) y por último, una taquería no es taquería si no tiene su "espanta-moscas ecológico", la típica bolsa de plástico transparente llena de agua que según la sabiduría tlahuica de hace milenios espanta a tan molestos insectos sabrá Dios cómo.

Así que ya lo saben, aquí tienen una guía practica y bastante sencilla para comer tacos defeños, así que adelante, a tragar y atasquense ora que hay harto lodo... ¡Provechito!

¿Más mezcla "maistro" o le remojo los adobes?