Sunday, February 20, 2011

El poder de la prensa

Érase que se era un muchachito que trabajaba como co-editor del departamento de música de El Foco.com y que iba a ir al concierto de Collective Soul en el Teatro Metropolitan y que estaba tan emocionado como si fuera fanática de los Beatles en el Shea Stadium, no se orinaba en los pantalones porque Dios era grande. Una compañera del trabajo le pidió que si lo podía acompañar ya que también era fan y él accedió con mucho gusto, nada más que se hiciera pasar por la fotógrafa.

Total que la hora llegó y la compañera le dijo que si podían pasar por su novio -ahora su marido- para que fuera también (no diré nombres para no herir susceptibilidades) y yo no tuve problema, cuando eres prensa, puedes meter a quien quieras mientras no quieras pasar 10 a la vez. Llegamos por el novio y nos dirigimos a la aventura rocanrolera del día...

Huelga decir que el concierto estuvo de antología, Collective Soul se lució tocando un set que mezcló a la perfección su nuevo álbum con lo clásico y yo quede afónico de tanto corear a todo pulmón mis favoritas. Llegó el momento de partir sin dolor y abordamos el carro de la compañera en donde el novio -ahora el marido- iba al volante.

Como ya saben los que viven en esta mágica ciudad de México, luego hay unas calles en el centro que uno no sabe de qué sentido son y en unas de esas, quien sabe si el novio -futuro esposo- no vio señalamiento o que pero no pasó un segundo en que aquella le dijo a aquel que iba en sentido contrario cuando yo pensé que ojalá no hyaya una patrulla cerca y nada más pensar esto y ¡PUM! se oye la sirena de la patrulla, todo afuera del carro se veía de tonalidades rojiazules... mellevalagranchingada.

Pues ahí vamos a bajarnos del vehículo, los tres con cara de "me cago en la puta madre de los policías que los parieron" y procedieron a interrogar al conductor del vehículo, o sease, al novio -futuro marido- de la compañera de trabajo, quien, si de por si era blanco ahora su piel había adquirido tonalidades propias de un albino.

Después de 5 minutos de suplicio para el pobre novio, futuro marido y albino actual, me preguntó "el pareja" del poli sobre la identificación que tenía colgada al cuello, la cual me certificaba como co-editor del humanístico, heróico y huevón departamento del departamento de música de El Foco.com... ¡¡¡ahí estaba nuestra oportunidad!!!

-Ah si oficial, verá usted... es que acabamos de salir de un concierto, somos reporteros, lo acabamos de cubrir y necesitamos regresar para poder publicarlo para mañana.

Noté cierta inquietud en el "pareja" cuando dije "reporteros" y para meter más presión, llegó la compañera que había oído la conversación para decir: "Así es, necesitamos irnos para poder acabar con nuestro trabajo, oficial. Yo soy la fotógrafa (verdad a medias) y éste el chofer y como es de provincia, no conoce muy bien las calles de la ciudad (falso, ¿pero quien chingados la iba a contradecir?, ¡yo no!). Noté que el novio-marido-albino iba a decir otra cosa pero se calló cuando su novia -actual esposa- le mando una mirada de "abres el hocico cabrón y descubrirás todo un nuevo universo de dolor".

El par de dos policías hicieron su típico "tin back" para conferenciar sobre la situación y un par de minutos después y con un beatífico "váyanse con cuidado, muchachos" nos dejaron ir. Después de esto jamás volví a dudar del poder de la prensa. ¡Oh no!, esa fue la única vez que yo vencí a la ley junto a mi compañera y su actual marido... ¡quiobo!

3 comments:

Eduardo said...

He aquí una razón más por la cual se le llama El Cuarto Poder (a la prensa, desde luego).
Claro que, como dijese el -ay- finado poeta Efraín Huerta, "No es lo mismo el Cuarto Poder que poder en el cuarto."
Abrazo.

Bacteria G said...

Grande lectura en cuatro minutos, me voy feliz a la opera este Domingo, un abrazo y nuevo fan.

Gerardo De la Garza, el biógrafo no oficial del Marqués de Topochico said...

Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido a Károly Róbert y a Bacteria G el nuevo fan.