Uno de los compañeros en donde trabajo a cada rato narra una anécdota que la pasó cuando estaba en la preparatoria, la cuenta con especial fruición y como su fuera Polo Polo en uno de sus maratónicos chistes. En síntesis el dato es este:
Por su preparatoria, pasaba (o pasa, quien sabe) un señor ya grande al que le pusieron el apodo de "Don Elote", obviamente porque vendía elotes y licuados pero la manera en que pregona sus productos es única:
"¡Licuadooos!, ¡Licuados con viaaagra!, ¡Licuados para que se les pare el chileee!"
Además de vender sus productos de tán folklórica manera, el bendito Don Elote le narraba a quien quisiera escuchar sus proezas sexuales, acaecidas en los tiempos en que la Guerra Fría estaba más que vigente y al presidente Ruiz Cortines le decían el "príncipe charro" por no decirle "pinche vetarro".
Yo me imagino a un señor de sesenta y tantos con facha de Brozo, todo mugriento y ofreciendo potajes inmundos a los pobres estudiantes... he tenido muchas pesadillas a partir de que me contaron esta anécdota.
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