La hora de la insania

When the outside temperature rises

And the meaning is oh so clear

One thousand and one yellow daffodils

Begin to dance in front of you

Oh dear!

Are they trying to tell you something?

You're missing that one final screw

You're simply not in the pink my dear

To be honest you haven't got a clue

I'm going slightly mad

I'm going slightly mad

It finally happened - happened

It finally happened - ooh oh

It finally happened - I'm slightly mad

Oh dear!

Queen

Circa 1985

Desde hace un tiempo ya, para los que trabajan de noche en HTC en turno nocturno se declara alas 11 de la noche la hora de la insania, en donde todos los agentes se ponen a ver videos, jugar jueguitos en la computadora, platicar con medio mundo, poner en hold al cliente por 15 minutos, subir los pies en el escritorio, correr por los pasillos... ¡En fin! La insania toma las instalaciones de una manera esplendorosa sobre todo cuando hay luna llena.

Tomando en cuenta que ya llevo más de 3 años oyendo quejas, mentadas y estupideces es un milagro en serio que no haya acabado en algún manicomio y hayan tirado la llave. Entre la palomilla seguimos haciendo nuestras competencias de "deshuevados extreme" en donde ahora modificamos el juego para deshuevar ahora echando la pelota de cabecita hace que los minutos corran como agua de la pura y sana diversión. Anoche ganó, como siempre, el Duque Lara por perro, deshuevando al Kaiser Kronenburg, al infante Kikín y a un servidor en ese órden.

Otras de las cosas que hace que recuperemos la poca de nuestra cordura es echar el chisme entre nosotros contándonos las más picantes anécdotas de nuestras vidas, a qué pareja encontraron en el estacionamiento "in coitus", quién salió del closet y le dió por la hidrocalidez, etcétera. Tambien con los clientes tenemos nuestra parte de la diversión ya que les hablamos en varios tonos de voz, distintos acentos de Hispanoamérica y hasta llegando a arremedarlos. ¡Qué bonita es la vida en HTC!

También tuvimos otra excelsa ocurrencia justo anoche... el Duque Lara tenía una aspirina en el bolsillo (entre otras cosas que el pudor me impide mencionar aquí) y se le ocurrió molerla hasta converirla en polvo sobre uno de los escritorios, mientras que un servidor hizo dos rayas que, la verdad parecían de cocaína, y finalmente el buen Kaiser Kronenburg puso un mensajito en un papelito que rezaba así:

¿Estás cansado?

¡Echate una raya, papá!

Lo más divertido fue cuando uno de los coaches pasó por nuestros lugares y vió la coca "de a mentis" abrió mucho los ojos, le dijimos que era aspirina, que no se asustara y empezó a mover la cabeza con desaprobación... Si no fuera por momentos como estos y los días de pago, ya hubiera mandado a la empresa a la chingada hace mucho. Lo peor de todo es que cuando ya nos fuímos nada más quedaba una línea (¿Quién se la habrá metido?, No mames) y se la quisimos dejar a Don Nacho, el que limpia el piso cuando cerramos pero el coach lo limpió, echándolo todo a la basura. Que mal ped...

Aunque creo que mejor que hubiera sido así, no me hubiera gustado entererame que a Don Nacho lo encontraron las señoras de la limpieza del turno de la mañana asustadísimas tirado en la alfombra con los ojos al revés y ahogado en sus propios fluídos.

Así que... Amigüito, amigüita... cuando tu trabajo valga madres y no sepas que hacer ¡Júntate con tus compañeritos y verás que entretenido es!