Me encuentro viendo por la ventana en el departamento de mi tía Rebeca ubicado en la Ave. Patriotismo allá por los rumbos de rancia raigambre de Mixcoac, que viera nacer a nuestro único Premio Nobel Don Octavio Paz y de repente ¡zas! que aparece un platillo volador inmenso y que me voy correiendo detrás de la mesa del comedor, dándome cuenta de que soy todo un hombre en los momentos críticos de mi subconsciente, después de segundos que parecen eones, regreso a la mentada ventana y otra vez el maldito platillo volador y de repente, todo se pone de blanco.
A continuación, aparezco en una avenida grande, no se si sea Constitución en Monterrey o Insurgentes Sur en el D.F., al recorrer unas calles, me doy cuenta de que toda la ciudad ha sucumbido a una plaga zombie por consumir tacos de suadero y en eso, encuentro a mi propia familia persiguiendome entre gritos y sombrerazos para que me les uniera a "la secta del suaperro" mientras yo voy corriendo por todos los comercios...
Eso sí, jamás voy a volver a comer gorditas de chicharron remojadas en mezcal en 15 de septiembre... hace daño.
3 comments:
a la madre gera... si fueras al psicoanalista si tendrias que pagarle un chingo
Como se ve que en verdad inventas tus sueños, todo mundo sabe que los tacos de suadero no existen.
Vete al DF y veras que en cada esquina hay un taquero de suadero... ¡garantizado!
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