"Ticher"

Como la crísis está cabrona y la lana está escasa, he decidido ayudarle a mi señora madre Praxe, la Duquesa de Mixcoac a dar clases de lengua anglosajona en niveles bastante básicos. Después de una somera explicación de su parte de los libros que se están usando, las miles de recomendaciones para todo buen "ticher" y de echarme bendiciones hasta con las maracas de San Gervasio (una reliquia familiar) empecé la semana pasada a instruir a dos personas en el dificultoso arte de hablar buen inglés.

Apenas he dado unas tres clases y puedo decirles que me siento con confianza y siento que mis "alumnos" (¡Verga!) están aprendiendo, eso sí, como es nivel básico, les hablo muy lentamente, con muchas expresiones corporales, tantas, que hasta me siento el finado Marcel Marceau y eso sí, me armo de una paciencia como en mis mejores dìas de HTC, lo bueno es que todavía no hago uso de ella, ya que mis dos alumnos entienden, si no a la primera, a la cuarta, lo cual ya es algo.

Hasta eso he sentido que no la hago tan mal de maestro así que si viven en Monterrey o zonas añedañas como Montemorelos, Santiago, Cadereyta y anexas y quieren ser unos maestros en el difícil arte de hablar la lengua del cabrón de Shakespeare, no sean tímidos, cáiganle a mi cubil felino y aprendan a decir cosas que haría sonrojar a la misma reina Isabel, eso sí, por una módica cantidad de moneditas brillantes o billetes verdes. ¿Va?