I don't know where I'm going
But, I sure know where I've been
Hanging on the promises
In songs of yesterday
An' I've made up my mind,
I ain't wasting no more time
But, here I go again
Here I go again
Tho' I keep searching for an answer,
I never seem to find what I'm looking for
Oh Lord, I pray
You give me strength to carry on,
'Cos I know what it means
To walk along the lonely street of dreams
An' here I go again on my own
Goin' down the only road I've ever known,
Like a hobo I was born to walk alone
An' I've made up my mind
I ain't wasting no more time
I'm just another heart in need of rescue,
Waiting on love's sweet charity
An' I'm gonna hold on
For the rest of my days,
'Cos I know what it means
To walk along the lonely street of dreams
An' here I go again on my own
Goin' down the only road I've ever known,
Like a hobo I was born to walk alone
An' I've made up my mind
I ain't wasting no more time
But, here I go again,
Here I go again,
Here I go again...
Whitesnake
Circa 1987
Mis primeros recuerdos de como conducirme en un transporte público era cuando acompañaba a mi abuela, la reina madre Mary al mercado de Mixcoac por allá de la década de los 70´s y todavía me tocó abordar los tranvías agarrado de su suave mano... al entrar el chofer te sonreía, ponías la tarifa en una columna de metal reluciente paracida a un consolador y si no había lugar, varias personas se levantaban para que mi abuela y yo nos sentaramos, el vehículo iba a una velocidad que en estos tiempos sería considerada lenta, pero eso sí, todo era una chulada, toda alegría y felicidad en las tierras del señor...
Más adelante, antes de que tomara un coche, cuando el Marqués era un rozagante y coqueto adolescente, me tenía que echar a pata toda la ciudad de México y gracias a las enseñanzas de mi abuela a andar en la calle y también a un amigo llamado Jorge "El Caballo" Fuentes aprendí a tomar los extintos Ruta 100 y a conocer al dedillo el submundo surrealista del Sistema de Transporte Colectivo Metro, agarrando una condición de tarahumara para caminar, con decirles que en mis años de auge preparatoriano llegaba a caminar desde Lomas Verdes hasta Plaza Satélite y de regreso.
Los últimos años que viví en el D.F., tuve que prescindir de mi primer coche, el legendario "Mayatito Asesino" (un VW año ´85 que era propiedad de mi madre cuyo color era igual al de los insectos denominados como mayates asi que no piensen mal que ya los conozco), cochecito más noble y aguantador no he tenido, durándome toda la carrera profesional y mis inicios en el mundo laboral.
Sin el "Mayatito" tuve que volver a mis raíces pataperrunas llegando a echarme toda la avenida Horacio diariamente desde el metro Polanco cuando trabajaba en Stereo 100 localizado en Darwin en la Anzures y más adelante cuando estaba en el Foco.com me echaba avenida Revolución desde el metro Barranca del Muerto o el metro Viveros (según cayera) hasta donde vivía en Río Guadalupe, a la entrada de Camino a Desierto de los Leones, antes de llegar a Televisa San Ángel y llegando a caminar todo ese trayecto a veces hasta las 2 o 3 de la madrugada (y nunca me asaltaron, la verdad soy un cagón y tengo un angelote).
Y uds. se preguntarán: "¿Y a qué viene todo esto?", ahi voy mis cyberlectores... ya cuando me mudé aquí a Monterrey perdí esa sana práctica, pero hoy que fuí a checar cierta información de la nueva escuela de Janice (la hija menor de la Chaparra), me eché caminando Diego Díaz de Berlanga en San Nicolás de los Garza y recordé esos tiempos en que no quería gastar lana en los camiones y me iba a la aventura con mis dos patas.
El caminar y caminar, poner el pie seguido del otro, aguantar el tórrido calor regiomontano, evitar pisar las cacas de perro, recorrer el ardiente, quebrado y gris asfalto, checar ambos lados antes de cruzar una avenida, limpiarse una y mil veces el sudor que corre por toda la cara, oler los olores de la calle desde unos exquisitos y suculentos tacos callejeros de guaguacoa hasta el fétido y pútrido de un cadaver de gato, comer en la banqueta unos tacos de cecina enchilada entre el humo de las fritangas y el smoc de toda buena megalópolis que se digne de serlo, aprovisionarse en algún Super 7 u Oxxo de un Mountain Dew o un Jarrito de Tamarindo para aguantar la calor...
Todo esto recordé mientras caminaba hoy en la mañana bajo un sol de 32 grados y ¿saben qué? todavía tengo este magnífico don, ya sé que voy a hacer cuando este viejo y nadie me pele... un pata de perro octogenario.
2 comments:
Jijos la verdad es que a mí sí me han malcriado toda la vida. Tanto que ayer descubrí que los camiones en México también tienen una clumnita junto al conductor en donde se caen las moneditas (Y lo descubrí desde la ventanita de Nuevecita, mi clio azul marino casi azul papaya eléctrico). El bebeso casi se vomita con mi fresez, pero sabe que no es por mamona, sino por mimada... ¡así que pobre del que se burle de mi confesión!
Y por otro lado, cabe mencionar que la kiki y la koko (sic) cada vez son más parte imprescindible de sus relatos, lo cual sólo puede indicar que ya su corazón las ha adoptado y estoy segura de que las tres chaparras lo adoran a asté...
Para empezar, que rola tan chida! tiene poco que la depuré de mi vida diaria despues de 3 meses cuando tuve mi ultimo rompimiento (suspiro)
¡Hijoles! eso de caminar tanto, no se si es por el cigarrillo o que, pero no soporto caminar más de 6 cuadras comitecas (como 3 defeñas) por eso no imprta cuan mayativo... perdón, llamativo, sea el color de tu coche, "el coche es el mejor amigo del hombre despues del perro y el alcohol". ¡Eh dicho!
Pd. Di No a los tacos de guaguacoa y de suaperro.
Post a Comment