Dicen que 35 años no son nada, pero el tiempo es un tirano y el que peor librado sale de su dictadura es el cuerpo, así que decidí desde hace unas semanas, después de mucha insistencia de la Chaparra (La adoro a la jija), decidí pedir una consulta a la Clínica Familiar no. 36 del Instituto Mexicano del Seguro Social debido a unas ronchas que me estaban saliendo en los muslos y en la parte baja de la espalda.
Ya había tenido una experiencia previa en tan insígne instituto y esta fue cuando fuí "de emergencia" al legendario Traumatología en Lomas Verdes cuando tenía unos 17-18 años, ya que quise hacerle una zancadilla a un camión de redilas allá por Camino Real a San Mateo Nopala, está de por más decir que el camión no se tropezó (iluso de mí) y el pie me quedó bastante jodido. En fín cuando llegué a que me revisaran el pie, el doctor que se iba a hacer cargo de mi era igualito a Rigoletto Pastrana, ¿Recuerdan ese entrañable personaje de Héctor Suárez que gritaba a todo pulmón "chicharrón de puerco y puerca"? Bueno, me atendió su clon. Hasta eso se portó bastante profesional y mandó a que me pusieran una férula (afortunadamente fue solo un esguince) y estar casi un mes con muletas...
¡Ves cada cosa en las clínicas del IMSS!, desde un junkie punketón bastante pasoneado convulsionándose en una camilla ahogándose en sus propias babas, un campesino de piel color tierra y ojos melancólicos con su sombrero de palma y huaraches enlodados cargando a su hijo que se anda muriendo y hasta al junior que chocó su coche saliendo del antro hasta las manitas de alcohol.
Regresemos al presente, llegué a la clínica donde me tocaba con mi super-cartilla del "cheguro chochal" y después de las mostrarla a la enfermera, me conmina a que esperara mi turno en una de esas horribles sillas de plástico informe estílo art nacó que se encuentran en todas las clínicas de todo México y que te deja la columna como marimba de cantina. Finalmente me llamaron por mi nombre y entré al consultorio del Galeno, que al verlo, me temblaron las rodillas porque era chaparrito, pelo grasoso y tenía una cicatriz en toda la mejilla izauierda que lo hacía parecer asesino en serie o mínimo pandillero de La Coyotera (una colonia bien pinche aquí en Monterrey).
El diálogo fue el siguiente:
Dotor.- Buenasss tardessss jovenazzzzzzzzooo (Su voz era una exquisita combinacion de serpiente y maniático sexual)
Yo.- Mmmm buenas, Doctor.
Dotor.- ¿Queee essss lo que le passsssa joven Gerardo?
Yo.- Verá usted, me salieron unas ronchitas en los muslos y en la parte baja de la espalda...
Dotor.- ¿Y en el pene no le sssssalió una verruga amarilla?
Yo.- ¿Ps que pasó mi Doc? ¿Ya de plano nos llevamos tan gacho?
Dotor.- Jehjehjehjeh, sssssolo preguntaba...
Total que todo resultó ser unas ronchas que me salieron por el bochorno que ha azotado a Monterrey estos últimos meses aunque me recetó unas pastillas, unas pomadas y me giró una órden para que me hicieran los análisis de rigor (sangre y demás humores corpóreos), acto seguido me salgo de ahí para la farmacia para que la señorita encargada, que afortunadamente cuenta con un diplomado en Antropología y Lenguas Muertas, me ayude a descifrar los garabatos del querido doctor y aprovisionarme de narcóticos, dispuesto a pasar unos días dopado, envuelto en una bruma psicotrópica para curarme de mis pesares ronchísticos. ¿Qué puedo decir? ¡Viva el seguro social!
Nada más espero que el día no muy lejano en que me tenga que hacer el chequeo de la próstata no sea ese doctor... ¡Gulp!
Este Post está dedicado al Carlos Jesús "Chuy" González... ¡Mejórese mi Chuyito!
3 comments:
Hijoles mi buen, Gerard! Yo afortunadamente no he tenido ese tipo de problemas dermatológicos, sin embargo, pa mi que ese Doc. era maricón de closet! como que preguntando si no tienes "ya sabes que" en "ya sabes donde"? Yo que tu le pongo una demandotototota por acoso sexual...
En fin, espero que te mejores mi buen y si ves que de plano no, triplica la dosis!
aaaaaay pobre marqueeeeeeeeeeeees
Infinitas gracias, mi querido Monsieur Le Topé (a.k.a. Marqués de Topochico), Delfín, Conde y Archiduque del Cerro de la Silla y sus alrededores.
Por acá vamos mejorando poco a poco, sometidos a la insoportable pesadez del reposo. Pero bien, vivos al menos. Con tiempo de sobra para reflexionar por séptima ocasión si el White Album es mejor que el Revolver.
Un abrazo hasta sus dominios. Sea justo con sus súbditos. Aunque, conociendo su nobleza, no me queda la menor duda de ello.
Au Revoir, His Majesty,
C.J.
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