Pues sí, nos ganó Argentina y nos mandaron de vuelta a nuestros folklóricos lares aunque los pusimos a sudar la gota gorda y hasta eso nos retiramos con dignidad (Digo yo). Después de la masacre futbolera la Chaparra y yo vamos a Yamal, un restaurant árabe en la ave. Vasconcelos bastante barato en donde descubrí que si conocía los falafels (¡Qué wey soy!) y después de eso vámonos al flat previamente aprovisionados de chelas Pacífico, limones (la Chaparra no puede chelear sin ellos) y ponernos a hablar y hablar y hablar (entre otras cosas)...
Domingo de barbacoa en la casa de la Chaparra con sus progenitores, la suma sacerdotisa Doña Hortensia y el chef internacional Don Toño, acompañados, por supuesto, de las aguerridas Kiki y Koko, aguantando el tórrido calor que azota tierras neoleonesas de unos meses para acá y asesoramiento a Don Toño en colgar un espejo en el baño que pesaba varias toneladas, con riesgo de partirme en dos o mínimo de que me salga una hernia cuata...
De un tiempo para acá los dos andamos más que acaramelados (como diría Ginger, derramamos miel) y aunque solo nos podemos ver los fines de semana, tratamos de hacer contar los minutos y aprovechar al máximo el tiempo siendo imposible a veces debido a sus hijas, lo cual yo entiendo perfectamente pero la esencia de este blog es decirles a todos uds. que hoy poy hoy me sonrie Cupido y todas sus huestes del azucaramiento.
I am a happy bastard.
2 comments:
Oye sí, yo pensaba que el falafel era como los tacos de trompo pero sin adobo... y ya que mencionas la barbacoa se me abrió el apetito ¡YUM! ¡YUM! ¡YUM!... felicidades por tu relación, sinceramente decearia estar en zapatos parecidos.
Por cierto, no te tomes a pecho lo de "teto", solo queria alentar, ya se que me faltó tacto, vaya que me faltó! :s
Se te agradece y no te preocupes por lo de teto... está bien.
El Marqués destetizado.
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