Thursday, March 30, 2006

Experimento beat

Como estoy leyendo ahorita Visions Of Cody de Jack Kerouac, considerado como la cúspide de la cultura beatnik y me he estado empapando de tán característico estílo de escribir, aquí les va un intento de escribir de esa manera, a ver que tal sale:

El anochecer mefítico y cansino me lleva sobre mis pasos al Sanborn´s de la calle Morelos en donde los ancianos sin dientes sorben café de ínfima calidad sopeado con una concha sintética de chocolate mientras se ven en el reflejo del mostrador preguntándose como es que estamos ya en el 2006 cuando casi ayer fue 1996. El piso reluciente de losa lleva reflejos de luz higiénica y pre-fabricada dándo un ambiente de irrealidad como de un backstage de un circo eslovaco, un antro filipino o de una tienda de prótesis de Nueva Delhi. Las paredes están repletas de libros, libros y más libros, todo ese saber impreso y encapsulado para las generaciones venideras y yo con tan poco tiempo para leerlos todos. ¡Mierda!
De repente me encuentro ante una puerta cuyo lustre se ha perdido con los años que dice Hombres, la abro con un rechinido que despertaría al mismísimo Diego de Montemayor de su tumba en las entrañas de la Macroplaza y me encuentro con el lavabo color hueso a cuyo lado está la maquina que te pone jabón líquido en las manos cuyo olor (que me encanta) tiene un ligero matiz almendarado que me recuerda a los trópicos chiapanecos de Tojolabales, Chamulas, machetes, sudor y verde, mucho verde por doquier. Salgo no sin antes ver de reojo a los relucientes dioses de porcelana, esos receptáculos de nuestras dudas, miedos, pasiones y efluvios que ha sido una constante de la humanidad desde sus inicios.
Todo es confusión al salir, familias enteras devoran enchiladas cremosas casi sin masticarlas en platos coloniales de Puebla, beben sus Coca Colas en el punto exacto de gasificación, parejas de enamorados que se hace el cortejo de milenios compartiendo un incitante y esponjoso pastel de chocolate, niños latosos que se creen generales de una y mil batallas en donde siempre ellos son los vencedores y hasta un hombre solitario de edad indeterminada que come su comida con modales descritos en el Libro de Carreño. Me encamino a la isleta en donde venden cigarros y pido unos Camel amarillos con filtro (Antes los pedía como Camel nada más pero los años nos han llevado a una especificación morbosa), el cajero, impecable en su traje antiséptico de color naranja me ofrece una sonrisa vacía de todo significado pero que lo humaniza, demostrando que no es un robot debajo de esos bigotes cortados por su peluquero a la perfección.
Salgo hacía afuera, a la oscuridad, en donde los vendedores ambulantes se me acercan como fantasmas de shamanes embrutecidos por el peyote de hace 500 años, ofreciéndome lentes piratas Ray Van, crujientes conchitas con crema y salsa verde, peluchitos de unicornios y demás fauna televisiva y muchas chingaderitas más. Al cruzar la calle Zaragoza, de un estílo monocromático-minimalista-regio empedrada con milenario tezontle otomí y volteo a mi derecha, encontrándome con la mirada fosforecente de 21 carros ansiosos que esperan a que pase para continuar su trayecto hacia sus casas, a alguna fiesta de escapismo de la realidad, a visitar al ser que ama, a convivir con los amigos, a ponerse hasta la madre de alcohol o drogas, en fin, a algún lado va con suma rapidez y hay que quitarse de su camino.
Finalmente llego al museo MARCO para encontrarme con mi delirio sabor a gloria almizcleña, mi musa corta de estatura, la Chaparra en todo su esplendor, sentada a la expectativa en las marmóleas escaleras y detrás de la paloma fálica color obsidiana de Juan Soriano...

Uts... y eso que no me metí nada. Bueno aquí les dejo este experimento, ahí diganme si les gustó o no, igual para escribir más cosas de este estilo o si mejor me quedo con mi estílo chacotero o irreverente o más aún... una deliciosa combinación de ambos.

4 comments:

Yo said...

Me gustó... me gustó mucho... Yo propongo una mezcla de los dos... o más bien alternancia... ¿Qué te parece?

Gerardo De la Garza, el biógrafo no oficial del Marqués de Topochico said...

Ya rugio mi Leon de la Metro.

Un Marques Beatnik y mas que alternativo.

Zombie said...

Siii, está re bonito, lo hace todo muy gráfico... Alguna vez también me dio la fiebre beatnik, pero ya se me pasó.

Cincinato said...

me gusta tu estilo y el beat tiene su encanto, no elijas quedate con todo.