A ver jóven, sóplele aquí...

Que bonitos son los retenes anti-alcóholicos, te hacen sentir de lo más seguro y protegido de toda esa ralea de borrachos y degenerados al volante. Justo anoche tuve la enorme fortuna de toparme con uno después de la inauguración de Henry Moore en MARCO (Le prometo una reseña contumaz a Yo en los próximos días sobre la exposición). Como era un evento de inauguración, hubo vinito de honor cortesía de la Casa Pedro Domecq, (¡¡¡Yes!!!) llegando a soplarme una copa de tinto y blanco c/u mientras departía agradablemente con otro voluntario llamado Iván sobre la supuesta necesidad de la monarquía en los gobiernos europeos, las conspiraciones de los gobiernos más poderosos del mundo contra la humanidad, la necesidad de los miércoles de "carnisalchichonería" en la sociedad mexicana contemporánea y el misticísmo del Chavo del Ocho.

Ya en el Killer-Pollo (Mi Ibiza color amarillo pollo), cometí la pendejada de no prender las luces los primeros 200 metros del recorrido de la calle de Raymundo Jardón en el centro (un peatón amablemente me señaló el tamaño de la cagada) pero ya era demasiado tarde y luego luego me detiene un policía con la suficiente edad para poder ser mi abuelo y hasta bisabuelo. El diálogo, de tintes alejandrinos, fue así:

- ¿Porqué viene con las luces apagadas?

- Porque se me olvidó pero ya las prendí.

- ¿Anda chachalaco? (Nótese la exquisitez del vocablo para decir si ando tomado)

- Sólo me tomé una copa de vino. (Y no mentí, me tomé una de cada una, sería incapaz de engañar a la autoridad, que conste)

- A ver su licencia y tarjeta de circulación... ¿Sábe que su licencia está vencida?

- ¿Ah sí?

- Sí, aquí dice que se veció en abril.

- Mire nada mas qué cosas.

- Bájese del auto, por favor.

Bájome del auto y sóplole las narices repletas de pelos blancos como la nieve del Antártico, por suerte, después de tomarme esas dos copas, fuí a un café llamado El Infinito con las amistades culturales y me chingue dos pedazos de picza de salami y de chipocle.

Después de soplar hasta casi perder el conocimiento, el Matusalén de la ley y el órden declara:

- Espérese a que le hagan el exámen médico y si lo encuentran tomado, le recogemos el coche.

Silencio tán denso que podrías rebanarlo con un cuchillo, maldigo el día en qué nací y para acabarla de fregar ya me andaba muriendo de sueño (suerte que llevaba mi utilísima y confiable chamarra de la SEMARNAP que le volé a mi ex) pero tuve que esperar a que viniera el "pareja" del venerable oficial para hacerme las mismas preguntas inteligentes.

Total que al final me dijeron que dejara el coche y que me iban a llevar en la patrulla a ver al médico (Ooooooooy ¡Qué chic!) a lo que yo respondí que yo lo iba a estacionar en dónde lo tenía estacionado y me fuí de reversa leeeentamente nada más por joderlos, si me iban a recoger el coche, no les iba a ser tán fácil, piches cuicos de cagada.

Ya entré en la patrulla y a través de las mirillas veo que cruzamos unas tres cuadras a donde hay una ambulancia me pasaron con el "doctor" que no era otro que una enfermera morena de marcados rasgos tarahumaras con pelo oxigenado y flecazo ochenteril que tenía un medidor con un popote y me comenta:

- A ver jóven, sóplele aquí...

- ¿Mandé? (Cuando le dijeron eso a una prima, tuvo gemelitos)

- Necesito que aguante 30 segundos la respiración y después sople por éste tubito.

- ¡Ah! Así si.

Soplé por segunda vez en la noche hasta ver puntitos blancos frente a mí, encomendandome a Dios, San Cristobal, San Isidro Labrador o el que anduviera de turno y unos segundos después el aparato arroja la cifra maya por excelencía: 0%. (Nunca me alegré tanto por haber obtenido un cero)

Regrésome a la patrulla con el polícia que al conocer el resultado se puso a rumiar como el Papá Oso de "Los osos montañeses" y yo cagándome de la risa por mis adentros ¡Qué bonito se siente!, y como dijera el anuncio "No tiene precio", un colega policiaco lo vé y le pregunta:

- ¿Cómo salió?

- Negativo. (O sea, adiós próxima colegiatura de los chamacos o mínimo adiós torta y chesco de ésta madrugada)

Regresamos a la escena del crímen y el Yoda del tránsito me hace una multa por "circular con las luces apagadas y son licencia vencida", me dá mis documentos y sin decirles nada, me voy a mi coche sin ver hacía atrás, no vaya a ser que, como la mujer de Lot me fuera a convertir el sal.

P.D.- Cuando estaba dándo el "soplido de la muerte", un fotógrafo de alguna publicación balín me tomó una foto, así que si algún regio que lea esto llega a ver la foto bajo el título de "Juventud descarriada se embrutece con alcohol", "Mal ciudadano lo cachan manejando en completo estado de ebriedad" o "Chilango tenía que ser", por favor que me la mande, la quiero ampliar, hacerla cuadro y colgarla en la sala de mi casa.

Y que esto y que el otro... Saluuuuuuuuuuuuuuuuuddddddd